lunes, 30 de abril de 2007

De ingeniero a productor estrella

En el oscuro set de filmación de Clooney Producciones los aromas se entremezclan generando un ambiente casi hediondo. La fragancia de perfumes y cigarros baratos dificultan la respiración de camarógrafos y asistentes, tan concentrados en sus tareas que ignoran el vaho que entumece al lugar. Cuando entra Gonzalo, el rodaje de la tercera toma de una película se encuentra en pleno desarrollo y nadie nota su presencia. Erigida en el centro como una flamante oficina empresarial, la moderna concepción de la escenografía pretende huir de la lúgubre atmósfera que domina al estudio. Allí, un ingeniero mantiene con su secretaria una enérgica discusión sobre el futuro de la multinacional que dirige. Luego de un guiño del profesional, la voluminosa joven se sienta en el escritorio y con una cara que insinúa más que mil palabras despierta los instintos más salvajes de su superior, que no se puede contener y se abalanza con quietud sobre ella. Lentamente, jefe y sublevada se empiezan a besar. La ropa cae en el suelo con paciencia y luego de un jugueteo extenso los dos cuerpos se encuentran sobre el escritorio chocando rítmicamente.

Según el libreto original, esa escena de “Los ingenieros de la cama redonda” debía durar alrededor de 22 minutos, pero el novel actor que personifica al ejecutivo de la empresa no puede contener sus hormonas y en pocos segundos emite un gemido de placer que enmudece a todo el set. Cuando el anciano director se para de su silla, el guión vuela varios metros hasta colisionar en la frente del debutante. Antes de que el multimillonario dueño de la productora llegue adonde estaba el actor, la protagonista se interpone entre ambos.

- No le hagas nada Pa, este no sirve. Pagale y que se vaya.

Al instante, la voluptuosa mujer que hacía el papel de secretaria se retira hacia su camarín derrochando glamour. Al pasar junto a Gonzalo, las noches de codificado en su habitación aparecen como un grato recuerdo en la mente del joven, que reconoce a la hembra: era Lola, la actriz argentina que realzó el cine porno nacional llevándolo a competir con las películas de los estudios más importantes del mundo. Pese a estar cerca de los 40 años, la Gorda lleva su apodo con dignidad.

A metros de allí, Nicolás mira con odio al actor, pero escuchando el consejo de su hija saca de su bolsillo 200 Américos y le dice que se vaya. Luego se retira hacia su oficina, donde tres “secretarias”, esta vez reales, lo acompañan con dos abanicos en la mano cada una.

Gonzalo vacila unos instantes y decide que es el mejor momento para entrar. Golpea la puerta con sus nudillos y al instante escucha el grito del gordo Vita, que lo autoriza a pasar. Al ingresar en el despacho, la primera mirada se dirige a las paredes, que cobijan varios premios de Nicolás y su título de ingeniero con diploma de honor. Sus años de ingeniería le sirvieron para cosechar importantes contactos y llegar a construir con sus propias manos una de las productoras más importantes del país.

Gonzalo se detuvo en los cuadros, pero al bajar la vista se encuentra con una imagen surrealista: las supuestas secretarias son claramente travestis. Mientras dos apantallan al gordo, que está comiendo un sándwich, el tercer “hombre-mujer” hurga en su entrepierna. Cuando abre los ojos, Nicolás se encuentra con la imagen de Gonzalo. Aunque lo había visto varias veces cuando era más chico, el alcohol que lleva encima no permite que lo reconozca:

- ¿Vos sos el nuevo actor, pibe?

- No, Vita. Soy el nieto de Ariel. ¿No te acordás de mí?

El hecho de que lo haya llamado con el nombre “Vita” y que haya mencionado a su viejo amigo sorprende a Nicolás, que echa a los gritos a los travestis. Cuando el que estaba jugando en su entrepierna se da vuelta, Gonzalo descubre una bonita cara familiar, que ya había visto en otras oportunidades. Pero las / los tres se van tan rápido que no puede decir nada. Antes de que abra la boca, Vita se para y lo invita con una cerveza que tiene en un pequeño frigobar bajo el escritorio. El apodo de gordo heredado quedó en el pasado, y su torso al desnudo demuestra que las cirugías hicieron lo que las dietas no: Vita tiene una esbelta figura que rememora las mejores épocas del “Facha Clooney”, personaje que le dio nombre a su empresa.

- ¿Que hacés acá pibe? Desde lo de tu abuelo que no te veía…

- Si, ya sé. Vine porque la semana pasada cremamos el cuerpo del abuelo y encontré un cofre. Vine para preguntarte si vos…

- Callate nene. No había ningún cofre…Además, puede haber micrófonos – dice, bajando su voz hasta convertirla en un suave susurro.

- Sí, había. De eso estoy seguro porque lo tengo en casa. Hasta te puedo decir que en la tapa habla sobre una tal “Comunidad del Trébol”…

Los ojos de Vita se nublan y una fina capa de lágrimas lo transporta a aquellos buenos años de la juventud. Recuerda el momento en el que el abuelo de Gonzalo se hizo el tatuaje en la Galería Rivadavia, el video que hizo de ese momento y subió a You Tube, la cara roja a punto de explotar y se le escapa una risa que ahoga en el fondo del vaso. Sin contestar ni decir nada, se da vuelta para agarrar un habano y Gonzalo vuelve a ver el mismo tatuaje que ya había reconocido en el pequeño tío Fer. Nicolás intenta focalizar la vista en el joven, pero antes de poder hablar el otro vuelve a tomar la palabra.

- De ese tatuaje te hablo, de esa rara Comunidad. ¿Quién los perseguía? ¿Mi abuelo se murió o lo asesinaron?

Vita amaga a una respuesta, pero baja la vista y se tapa la cara con ambas manos. Ahora los recuerdos no lo llevan a un grato pasado y su ceño fruncido lo demuestra.

- Mirá nene…Nosotros nunca le hicimos mal a nadie, fue una joda de pendejos…No entendemos porque le floreció tanto odio. La comunidad existió y llegamos a hacer un montón de cosas todos juntos, pero una a una cada uno de esos proyectos fue desapareciendo por él. Por eso no nos podemos ver en cualquier lugar, por eso cuando murió tu abuelo entendimos el peligro y cada uno siguió por su camino. Por eso te tenés que ir…te lo pido bien.

- No, quiero que me digas algo. Con esto no me alcanza.

- Ya hablé demasiado nene, nos estás poniendo en peligro a todos. Andate ahora o llamo a seguridad.

- No me voy nada… ¿Te pensás que le voy a tener miedo a esos travestis disfrazados de patovicas?

- Vos ya te vas. Y ustedes chicas, no lo lastimen. Trátenlo muy bien que es nieto de un viejo amigo, pero sáquenlo afuera – dice Nicolás a tres muletonas de dos metros que entran en la oficina golpeando la puerta, lo agarran a Gonzalo y lo llevan hasta la puerta de entrada.

En la vereda de la productora, el sol enceguece a Gonzalo, que había acostumbrado a su vista a la oscuridad reinante dentro de esas oficinas. La entrevista no fue productiva, pero esos proyectos de los que habló Vitale pueden ser una buena punta para seguir desenrollando a la historia. La próxima parada será nuevamente en la Panadería del Tío.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

AGUANTE LA GORDA LOLA Y MUCHO MAS MEJOR LA TIA DE LA GORDA LOLA

Anónimo dijo...

Cada dia escribis mejor precioso, amo a filippo!!!!!!!!!!!!!!espero con ansias cada lunes para seguir convirtiendome en tu fan.
besos grandes a toda la comunidad!!!
"el supuesto gay"

Anónimo dijo...

Llegue a esta pagina por alguien que conoce al grupo y quede hipnotizada por la buena escritura, la intriga, el suspenso y todo lo que rodea la historia. FILIPPO te quiero conocer!

Anónimo dijo...

Bueno, si hasta ahí bueno.
Espero que te esfuerces un poco más, espero hasta el otro lunes

Anónimo dijo...

Q grande la gorda LOLA.. se comenta q la madre es una tal COTY (q vive abajo de puente mitre).. che.. los trabas estan buenos?
anda preguntando Pablito..

Anónimo dijo...

¿Cómo? ¿Hay un video en YouTube que muestra a Patricio recontra cagado mientras lo tatuan? QUIERO VERLO MIERDITAAAAAAA QUIERO QUIERO QUIERO QUIERO QUIERO QUIERO QUIERO

Anónimo dijo...

Aver mi queridisimo Filipo cuando subis el capitulo de hoy que en un rato me tengo que ir y todavía no lo pude leer....
La historia me atrapa cada vez más y ahora también me hace reir...Gracias